¿Lo Normal es Consumir o No Consumir Drogas?

Me estoy convirtiendo en el viejito renegón del barrio…

No me causa gracia, al contrario, me preocupa y me da cierta tristeza, ya no la apología al delito (que existe tan arraigada en la cultura mexicana y que honestamente todavía me preocupa y me da un chingo de tristeza pero que sería otro post hablar de ella), al punto que me hiere en el alma la normalización del consumo de las drogas.

Hay un romanticismo detrás de todo esto, la normalización al consumo pero idealizada… publicaciones como «cuando creces te das cuenta de dos cosas que santa no existe y de que todo mundo se droga», «dile a tu hijo te quiero antes de que las drogas lo hagan – mi papá me dijo te quiero, pero el perico me dijo te amo», «Me gusta todo lo que marea, menos los embarazos»; hacen que se envuelva en humor (uno raro) y en ese tal romanticismo al marcar como finalidad en la vida, como si esto fuera un valor, algo chingón el drogarse… que se haga ver como algo bueno pues (diría más fácil y directo la tía en la que me estoy convirtiendo). Y a ver, no es tampoco que me asuste que se consuman sustancias ajenas al cuerpo, legales o ilegales. La morfina, cocaína y otras han sido de ambas partes y son sustancias, ni son el diablo, pero tampoco son ángeles.

¿Cual es entonces el pero con las drogas?

A ver, las drogas en sí no son el problema central, el problema con las personas adictas a algo, no reside totalmente en «ese algo al que se es adicto», el punto a atender son las razones que llevan a suplir la vida por esa sustancia. Dicho en otra manera, si con la cocaína o las tachas se siente activo y ama a la vida, y no lo hace con otras situaciones, terminará asignándole el sentimiento de bienestar solamente a tal sustancia. Es entonces cuando ya se habla de una dependencia. El subidón tendrá que suceder – primero – para sentirse bien, y después para no sentirse mal. Y aunque parece obedecer a una razón psicológica… lo hace también por cuestiones bioquímicas en la sinapsis de las neuronas. Así que es de gente inteligente escoger las sustancias que se mete al cuerpo teniendo en cuenta todas sus reacciones.

En política de salud pública se deberían atender las razones psicológicas de la ausencia de amor, de comprensión y demás situaciones que llevan de una manera sana y natural a ese sentimiento de plenitud, así el consumo de drogas tendría un impacto muy pobre en el aumento de casos de adicciones. Pero… siendo México un caldo de cultivo de todo lo contrario, incluir y normalizar el consumo de drogas en la mezcla es incluir y normalizar a estas como proveedores de sensaciones de «bienestar» por excelencia; y en esto estoy TOTALMENTE EN CONTRA… espero equivocarme pero me sonaría lógico esperar entonces un aumento en casos de adicciones, debido a que la gente comúnmente las consume precisamente por las sensaciones que trae, independientemente del contexto personal que se esté viviendo en ese momento.

Los abuelos boomers dicen: «México antes producía pero no consumía, ahora ¿Qué pasará cuando México se convierta en consumidor?», aludiendo al desmadre que creen que vendrá. No me anticiparé a un juicio, pero dese una vuelta por afuera del bar un domingo en la mañana y verá vidrios rotos, botellas, condones… no lo sé, pero no está chido limpiar los restos de una fiesta que no es tuya. Aprovecho para rayarle la madre a aquellos que se estacionan en mi portón y a los que hacen desmadre fuera de mi casa, culeros… no está de mas «sacarme esto de adentro, esto que me está matando… ayayay» (chiste a parte, lo comprenderá con el siguiente párrafo).

El problema con nuestra cultura es que siempre hemos priorizado a los sentimientos por encima de casi todo, nuestra música siempre ha sido de «voy a ponerme una borrachera para olvidarla», «pero qué bonito se siente»… etc. ¿Será que es una fobia por sobrellevar etapas de tristeza? ¿Seremos los mexicanos propensos a ser una mierda en aprovechar momentos difíciles, mínimo desde el enfoque cultural?

La tristeza está ahí por algo, tampoco es que necesitemos hacerle un culto (ya los emos intentaron y fracasaron culeramente). Pero deberíamos dejar de satanizarla y aprovechar los momentos reflexivos que vienen con ella. Existe una plática sobre el significado de estética (no de los lugares para cortar el pelo) y antiestética, que creo que alguna vez publicamos aquí, no tiene pierde… trataré de resumirla ya como punto final:

Estética, del griego αἰσθητική [aisthetikê], ‘sensación’, ‘percepción’, y este de[aísthesis], es la rama filosófica que busca definir la belleza. El arte y su parte estética, juegan con el punto en el que las percepciones y sensaciones estimulan y logran un calado en el alma del observador, o no propiamente en el alma, en el psique, en la esencia (llámela cómo guste). El consumo de algo, para alterar estas percepciones se vería equiparado a basar nuestro gusto por alguien sólo en la cantidad de operaciones estéticas (válgame la ironía) que lleva encima, es por eso que alterar esta percepción tiene el nombre de anestesia… de la negación de la «estesia».

Dicho todo lo anterior no sorprende que en las generaciones con peor manejo de los sentimientos se haya encalado tanto a la vida cotidiana el vivir la vida anestesiado.