La pandemia nos afectó a todos, a unos más que a otros.

La pandemia nos afectó a todos, unos enfermamos de ansiedad, otros de pánico, algunos más solo tuvieron deseos de protagonismo «mi cuerpo, mi decisión» sólo por un pedazo de tela en la cara que salvaría una que otra vida; hubo enfermos de problemitis «las clases serán virtuales»: Pero ¿Y los que no tienen internet? ¿Y los que no les sirven los datos? ¿Y si mi perro se comió mi tablet?… el mundo nunca ha sido justo, antes de las clases a distancia y ni después de estas. Déjeme le confirmo una cosa, algunos con internet y computadora nueva tampoco nunca aprenderán ni siquiera con el profe, si, la educación se ha barateado tanto que llegar a la universidad alude más a un asunto de conseguir papel que de saber realmente algo.

La pandemia nos afectó a todos. Algunos, los menos… murieron de tos lejos de los ojos de una sociedad que sigue señalando problemas obvios sin dar una sola solución.

Usted Tiene Música Clásica en su Playlist (sin saberlo)

Hoy teníamos una conversación sobre la música clásica… y de lo mamón que se ve uno escuchándola en público (si conozco mucha raza que lo hace con intención de sentirse por encima de aquellos pobres mortales que no les gusta, y cuando está solo tiene su playlist para trapear con puras de los temerarios… que no tiene nada de malo tenerlo, pero no hay razón de hacerle al desmayado con la música clásica en primer lugar) hay que contextualizar que los instrumentos, modas y gustos, así como las sociedades, han cambiado enormemente en estos últimos 300 años; lo más curioso, y ante el asombro de muchos, es que usted tiene música clásica en sus playlist de spotify sin saberlo (espero y que no sea puro narcocorrido porque ahí si lo dudo).

En la charla se me vino a la mente el canon en Re de Pachiabell, cuya estructura está en muchas canciones en inglés y español (dato extra: el ritmo lento y melancólico no se lo debemos a él, sino a un francés que lo adecuó y rescató como un siglo y fracción después de pachebell). De las canciones modernas (jajaja… bueno, del siglo pasado) que lo usan en español está hasta Arjona con señora de las 4 décadas. En inglés Green Day y un chingo que no recuerdo usan esos mismos 4 acordes. Los mismos que el siguiente video:

Pero no es la única que hace algo parecido, Bad Romance de Lady Gaga toma el intro de una de Joan Sebastian (no el de Maribel Casiquepotodavía Guardia) sino Joan Sebastian Bach, Mika con Grace Kelly toma armonías e inspiración con una parte del barbero de sevilla… y hay otras mucho más obvias como el Himno de la Alegría de Miguel Ríos que pues es obvio que no es de él, vdd?… Queen también es obvio que lo hacía y ejemplos hay muchos fuera del Bohemian Rhapsody… está el ejemplo del siguiente video.

En español ¿Cree usted que haya alguna melodía, armonía, ritmo o estructura de alguna canción clásica en ritmos como banda, norteña, cumbia, elektrocorrido o narcotrashmetal de los que nunca esperaríamos escuchar algo de los tiempos de los hombres con peluca?

El caso del canon en D está bueno para googlearse con calma ¿Algún músico que tenga algo que comentar que nos amplié el punto de vista?


Y no es por mamón (bueno sí), pero yo si he pisteado en la cerve con Tchaikovsky… fue nomás para cagarle la noche a un wey que en su carro no quitaba los pinches corridos y demostrarle que si podemos pistear con rock y otras cosas, así que la escena si fue de lo más surreal. Ahora comprendo por qué terminamos solos esa vez, jajaja.

Le recomiendo no buscar canciones de música clásica y quererlas tragar para «apreciar» mágicamente la belleza de las notas, muchas de estas canciones tienen fondos e historia con los famosos motivos o leitmotiv. Es decir que acompañan historias, operas y demás… para no aburrirse en un inicio es bueno investigar el trasfondo de lo que acompañan y tal vez sepa que en el lago de los cisnes la primer escena presenta a un príncipe que su madre lo presionan a escoger esposa, lo que en melancolia ante no poder escoger por amor, ve en una formación de cisnes el escape perfecto y la llamada a la aventura y la posible escapancia (o sea escape pero más mamón) de las responsabilidades de un príncipe. Cheque el canal de Jaime Altozano en youtube, ese wey explica un chingo de estos pedos.

Y si definitivamente no es lo suyo… pues no lo vea, tampoco es obligación, en gustos se rompen madres, perdón… géneros. Pero en serio que son cuestiones que tranquilizan al alma… aunque a mí me pasa más con el cine dónde todo es algo más que explosiones y tortugas ninja con nariz (te odio pinche Michael Bay… me jodiste 2 de mis series de la infancia)

¿No estaría cagado que en 300 años hablen de lo virtuoso de la interpretación clásica de «ella es callaita» en el superbowl 351?

¿Lo Normal es Consumir o No Consumir Drogas?

Me estoy convirtiendo en el viejito renegón del barrio…

No me causa gracia, al contrario, me preocupa y me da cierta tristeza, ya no la apología al delito (que existe tan arraigada en la cultura mexicana y que honestamente todavía me preocupa y me da un chingo de tristeza pero que sería otro post hablar de ella), al punto que me hiere en el alma la normalización del consumo de las drogas.

Hay un romanticismo detrás de todo esto, la normalización al consumo pero idealizada… publicaciones como «cuando creces te das cuenta de dos cosas que santa no existe y de que todo mundo se droga», «dile a tu hijo te quiero antes de que las drogas lo hagan – mi papá me dijo te quiero, pero el perico me dijo te amo», «Me gusta todo lo que marea, menos los embarazos»; hacen que se envuelva en humor (uno raro) y en ese tal romanticismo al marcar como finalidad en la vida, como si esto fuera un valor, algo chingón el drogarse… que se haga ver como algo bueno pues (diría más fácil y directo la tía en la que me estoy convirtiendo). Y a ver, no es tampoco que me asuste que se consuman sustancias ajenas al cuerpo, legales o ilegales. La morfina, cocaína y otras han sido de ambas partes y son sustancias, ni son el diablo, pero tampoco son ángeles.

¿Cual es entonces el pero con las drogas?

A ver, las drogas en sí no son el problema central, el problema con las personas adictas a algo, no reside totalmente en «ese algo al que se es adicto», el punto a atender son las razones que llevan a suplir la vida por esa sustancia. Dicho en otra manera, si con la cocaína o las tachas se siente activo y ama a la vida, y no lo hace con otras situaciones, terminará asignándole el sentimiento de bienestar solamente a tal sustancia. Es entonces cuando ya se habla de una dependencia. El subidón tendrá que suceder – primero – para sentirse bien, y después para no sentirse mal. Y aunque parece obedecer a una razón psicológica… lo hace también por cuestiones bioquímicas en la sinapsis de las neuronas. Así que es de gente inteligente escoger las sustancias que se mete al cuerpo teniendo en cuenta todas sus reacciones.

En política de salud pública se deberían atender las razones psicológicas de la ausencia de amor, de comprensión y demás situaciones que llevan de una manera sana y natural a ese sentimiento de plenitud, así el consumo de drogas tendría un impacto muy pobre en el aumento de casos de adicciones. Pero… siendo México un caldo de cultivo de todo lo contrario, incluir y normalizar el consumo de drogas en la mezcla es incluir y normalizar a estas como proveedores de sensaciones de «bienestar» por excelencia; y en esto estoy TOTALMENTE EN CONTRA… espero equivocarme pero me sonaría lógico esperar entonces un aumento en casos de adicciones, debido a que la gente comúnmente las consume precisamente por las sensaciones que trae, independientemente del contexto personal que se esté viviendo en ese momento.

Los abuelos boomers dicen: «México antes producía pero no consumía, ahora ¿Qué pasará cuando México se convierta en consumidor?», aludiendo al desmadre que creen que vendrá. No me anticiparé a un juicio, pero dese una vuelta por afuera del bar un domingo en la mañana y verá vidrios rotos, botellas, condones… no lo sé, pero no está chido limpiar los restos de una fiesta que no es tuya. Aprovecho para rayarle la madre a aquellos que se estacionan en mi portón y a los que hacen desmadre fuera de mi casa, culeros… no está de mas «sacarme esto de adentro, esto que me está matando… ayayay» (chiste a parte, lo comprenderá con el siguiente párrafo).

El problema con nuestra cultura es que siempre hemos priorizado a los sentimientos por encima de casi todo, nuestra música siempre ha sido de «voy a ponerme una borrachera para olvidarla», «pero qué bonito se siente»… etc. ¿Será que es una fobia por sobrellevar etapas de tristeza? ¿Seremos los mexicanos propensos a ser una mierda en aprovechar momentos difíciles, mínimo desde el enfoque cultural?

La tristeza está ahí por algo, tampoco es que necesitemos hacerle un culto (ya los emos intentaron y fracasaron culeramente). Pero deberíamos dejar de satanizarla y aprovechar los momentos reflexivos que vienen con ella. Existe una plática sobre el significado de estética (no de los lugares para cortar el pelo) y antiestética, que creo que alguna vez publicamos aquí, no tiene pierde… trataré de resumirla ya como punto final:

Estética, del griego αἰσθητική [aisthetikê], ‘sensación’, ‘percepción’, y este de[aísthesis], es la rama filosófica que busca definir la belleza. El arte y su parte estética, juegan con el punto en el que las percepciones y sensaciones estimulan y logran un calado en el alma del observador, o no propiamente en el alma, en el psique, en la esencia (llámela cómo guste). El consumo de algo, para alterar estas percepciones se vería equiparado a basar nuestro gusto por alguien sólo en la cantidad de operaciones estéticas (válgame la ironía) que lleva encima, es por eso que alterar esta percepción tiene el nombre de anestesia… de la negación de la «estesia».

Dicho todo lo anterior no sorprende que en las generaciones con peor manejo de los sentimientos se haya encalado tanto a la vida cotidiana el vivir la vida anestesiado.

Los Planos de Mi Ciudad

La pendiente mínima que acuesta a la Tercera define claramente un «arriba» y un «abajo» en el sentido Norte- Sur desde su inicio a partir de la glorieta, esto al caminarlo sólo se siente después de algunas cuadras (obvio, después del puente del arroyo). Tampoco es para tanto cómo para decir «tengo que subir todo el cerro», digo, no es lo mismo que al subir de este a oeste por cualquier calle de la Juárez hacia «arriba» (o sea, de la Juárez hacia el norte). Y es que a partir de ese punto, querer ir a cualquier lado hacia el noroeste de la ciudad implica subir en algún sentido el cerro interno del pueblo (el de las antenas y de la calle de la Cruz).

No es lo mismo desde la internacional hasta la Independencia, que aunque sea obvio que se asciende, las piernas no lo sienten tan fuerte (a no ser que anden en bicicleta o sean muy fijados). Y es que aunque parecieran paralelas, las calles se unirían si no es que a la altura de la subida a la comandancia la Internacional endereza su paso hacia el poniente. Esa unión se dio con la Calle de Reyes González, que ha de tener nombre pero así he escuchado a mucha gente que le dice.

Y es que la ciudad tiene ese dibujo supuestamente recto, supuestamente porque es sólo en el primer cuadro de la ciudad en el que mas o menos fue respetado el sentido de las calles (si, esto provoca mucha erosión en las calles que bajan el cerro, pero este no es este tipo de textos explicativos). Esta supuesta rectitud fracasa al llegar a la calle 19 (que fue la primer calle pavimentada de norte a sur que no fuera la tercera, la quinta o la primera). A partir de la 19 hacia los ojitos, o sea al oeste, el dibujo simplemente valió madre. No faltó quién en la pendeja o gandallez, o ambas, se adueñara de un terreno claramente bloqueando el flujo recto de la calle. La primera que sufre esto es la Juárez, y curiosamente la que lo sufre menos antes del arroyo. Es a la altura de la calle 23 (en el arroyo) en la que si se decidieran a pavimentar quedaría una avenida con una «Z» en su dibujo. Y la terminación abrupta en plena Plaza Emiliano Zapata.

No es tampoco que el primer cuadro de la ciudad se salve de trabajos de topografía mal hechos, o de personalidades que se agandallaron calle. Todos conocemos el ejemplo de cómo un presidente puede arreglar su calle a la manera de Orestes Chávez y su cochera que rompe media calle. Este lugar conocido como «los escalones de Orestes».

Los jardines del Santuario hicieron lo propio con la calle Mina que reduce a un sólo carril, obviamente el ejemplo es seguido por los vecinos al oriente que aprovecharon para desviar la calle unos metros y tener mas terreno. Así es cómo la Mina en este tramo tiene una cintura media femenina y sufre el mismo tratamiento en la 23 que la Juárez, aunque ella si logra salvar por completo la Plaza siendo la única candidata (antes de que alguien la bloquee) para servir de par vial para la independencia.

La calle 2da sufre también de situaciones raras, ella en una primer instancia topa en el seminario, lo que actualmente es la UTB, pero continua en una cuadra trapezoidal cuya nueva reaparición de esa segunda no se hace de manera paralela a la primera y que se nota en las diferencias entre la cuadra de la calle Guerrero y la de la Abraham González cuya diferencia de longitud entre calle 1era y 2da es grande.

Y es que Madera es del tamaño justo cómo para que las promesas de campaña sea arreglar su terreno sin escrituras, aunque este esté en media calle, se chingue la banqueta o de plano no esté ni alineado, y que una negativa sea vista como «mala onda» del funcionario que tendría que hacer su trabajo. Estos casos se acrecentaron – curiosamente – al mejorarse la tecnología de medición de terrenos. Las zonas más nuevas de la ciudad, son las más culeras en alineación. Colonias abiertas recientemente como en el aterrizaje antiguo, la nueva de los ojitos (atrás de la huerta de Cheles Márquez, allá abajo del camino de la cruz verde), o lo que está pasando actualmente con la alineación de las construcciones en la laguna; son las colonias que no tienen ni siquiera alineación congruente para prestar mejores servicios.

El caso de la calle 39 es un ejemplo de cómo una calle logra ser la única candidata a la pavimentada por ser la única «recta», que ni recta es. Entre la calle 19 y la 39 no existe una calle que no tope en un terreno entre la Abraham González y la Independencia. Se pudieran enumerar:

la C. 21 – «topa» en el terreno baldío de enfrente de la clínica del ISSSTE, y si no se apuran a hacerlo calle lo verán fincando próximamente.

la C. 23 – «Inicia» oficialmente en pleno arroyo, en el puente de la Independencia, así que eso la descartaría de conectarla a la independencia ya que quedaría un puente trapezoidal de tres puntas o en T, aunque conozco expresidentes que a las peladas lo harían (acuérdese de las rampas para discapacitados que se avientan).

la C. 25 – «Muere» en las cuadras grandes de la colonia Mártires del 65, en la calle que se llamaría Ahumada si no es que ahí tuvieran otros nombres.

la C. 27 y 29 – Sufren el mismo destino en la Ahumada y José Ma. Mari respectivamente. Aquí la José Ma. Mari tiene «comido» y representa una curva por 4 o 5 casas que desviaron la calle.

la C. 31 – Casi lo logra, de no ser por una sola casa que la obliga a tener una «Z» al llegar al final de la 5 de Mayo, y las 2 de las 3 cuadras faltantes para alcanzar la Abraham González que olvidaron dejar espacio para una calle

La C. 33 y 35 – Les pasa lo mismo que la 25 sólo que ellas mueren en la 5 de Mayo.

La C. 37 – Casi lo logra de no ser por una «Y» a la altura de la José Ma. Mari que mandó todo al carajo y que fue por alguien que decidió que su terreno tenía que ser ahí.

La. C. 39 – es la calle recta con 2 curvas… pequeñas pero si las tiene. Y aún así hay quienes se mantienen a madre…

Terreno tenemos un chingo, toda la Ciénega de San Peter Parker y todavía no hemos aprendido a fincar calles rectas o mínimo bien planeadas. La salida natural del centro de la ciudad, acompañando en escuadra a la actual, sería la calle Guerrero, abriría el paso a 3 escuelas en un sólo trazo (que actualmente sólo se desahogan por un sólo lado y comparten una calle), de no ser que la corta visión de cierto expresidente que pusiera el carril de carreras de caballos justo en dónde quedaría el trazo de tal calle. Administración que dejó ir la clínica a Gómez y dejó a la UTB cómo extensión de Soto Maynez.

Deberíamos ponerle una placa a cada obra con el nombre de los responsables de esta, a ver si así los baches darían algo de pena, algo que lleve tu nombre… por lo menos por ego, pues intentas que quede mas o menos ¿Qué no?

El Niño Que lo Parió la Tierra

–La bocanada de aire era necesaria, la superficie del agua oscurecida por la ausencia de luz se alejaba cada vez más, y es que la caída no avisó, el cuerpo tal costal de papas no estaba preparado para sentir cómo el piso desapareció, el ímpetu se llevaba «hacia arriba» ese trago de vida, de claridad; era el mismo que levantó inicialmente el estómago y ahora dejaba una estela de burbujas en su entrada en ese pozo angosto. Ninguna gota de luz entró después de romperle el espejo al agua, pero sí las rocas que se desprendieron a su paso por el estrecho pozo en el que había caído. Aunque ya dentro del agua la energía de estas se disipó en un sonido hueco, cómo si el mundo se quedara arriba de la superficie. Sólo para dar paso a esa urgencia, amover los pies, a sostener lo que esté al alcance ¿Qué es eso que se sintió al centro del pozo? El tubo de succión, metálico, fuerte como para salir de aquí.–

El día empezó normal, cómo cualquier otro sábado, con la creda del día anterior (la creda es ese estado entre la cruda y la peda, con dolores y síntomas propias de las dos etapas), pero el sábado tenía otro ingrediente la necesidad de terminar ese trabajo de hidráulica de canales abiertos, que obliga a activarse temprano. La tarea: el levantamiento y análisis de un arroyo, el aforo con las fórmulas de Manning, para lo cuál se necesita un arroyo recto de sección semi constante, no cualquier pedazo de arroyo sirve . El otro equipo va a tomar la misma ruta, el arroyo de la haciendita (para los chihuahuas capitalinos, allá atrás del nuevo campus de la URN, arroyo que después desembocará en la cantera y contribuirá a inundar el nefasto paso inferior de la cantera y periférico) así que a encontrar el mejor lugar.

La infortuna o, malamente mejor dicho, la»desafortunación» del día apenas empezaba. «Iremos en la tarde» -dictaba el güero en el teléfono – «es que tuve que venir a Delicias y yo creo que llego hasta después de las 4» -«pues iremos después de comer» – alegaba el Culi agradeciendo tener otros minutos más para mirar pa’ dentro y cargar pilas. «De todas formas habrá que recoger el equipo de topografía en la facultad antes de que cierren» – Sentenció Ronquillo con esa palabra precisa que mataba discusiones a la frase (perfecto, nace una tarea paralela que puede irse adelantándose mientras llega el medio de transporte). Este evento marcó el inicio de esos sacrificios que atrasan todo en cascada, y eso es en parte porque el diagrama de Grantt antes de ser analizado cumplía a rajatabla la ruta crítica, casi todo pendiente necesita de una tarea anterior realizada: levantarse, conseguir medio de transporte, ir a la facultad, buscar el lugar idóneo, hacer el trabajo,entregar el equipo y procesar los datos. O dicho con otras palabras… eso pasa por dejar todo al último y andar en montón.

Dioquis la levantada temprano se podría pensar, además ¿Quién chingados en su sano juicio va crudo adónde no hay ni una pinche sombra y más de 30 y tantos grados? (respuesta: nosotros, ese superpoder lo desarrollamos desde las clases de topografía de primer y segundo semestre…). El Vale y Ronquillo se ofrecieron para recoger el equipo de topografía de la facultad ¿El costo? El intercambio por el 6 de cerveza en pago, 8 pesos de cada uno para el camión y el esfuerzo de cargar el equipo de 30 Kg en el Ruta 1.

— No se sintió el piso, es decir el fondo ¿Qué serían? ¿10 metros de caída libre? ¿Pero cuántos para tocar fondo? ¿2? ¿8? ¿300? Considerando la aceleración de la gravedad cómo 9.81 m/s^2 nos faltaría conocer con exactitud el tiempo… no, espera, luego los cálculos. Lo único seguro, el deseo de salir. El cielo pardo de los últimos rayos del sol logra contrastar las siluetas de los demás que se asoman por la boca del pozo o noria, o lo que sea que se tragó a Encinas. ¡Cuidado CARAJO! … eso desborda piedras. —

Mientras el Culi seguía en estado vegetativo, Encinas en el papel proveedor del grupo tuvo la genial idea de esperar con unos montados mata-crudas. Si tan solo hubiera escuchado al universo y su segunda e inequívoca pista; el universo da señales de que la suerte sigue de antro o cruda… o sea lejos quiero decir, en otro lado¿La señal menos equívoca o más inequívoca (cómo guste llamarle)? Los burritos montados habían llegado sin verdura, la bandejita con el pepino picado, la cebolla morada y el pico de gallo se quedó en la barra de ensaladas. No existe señal preventiva del universo más fuerte que tal evento, no para los amantes de lacomida callejera y del taco de carne asada.

— Se alcanzan a apoyar los pies en la pared del pozo… entonces la técnica ninja de 3 apoyos para escalada vertical es la correcta, ambas manos en el tubo y ambas piernas en la pared y a subir como si de eso dependiera la vida… espera, de eso depende la vida. Lo bueno que los raspones con el shot de adrenalina ni se sienten. A aprovechar que se tiene ímpetu, el primer paso.–

«Mayito ya se reportó» – le dijo el Culi al abrirle la puerta de su depa a Encinas – «¿Ah sí? ¿Y que dijo el wey?» -«Qué lo esperemos un ratito (creo que no sabe que estamos esperando al Güero)» – «Le hubieras dicho» – Lo que este par no sabía era que Mayito no se había levantado en su casa, una muy buena señal podrán decir algunos… no, no del todo. Mayito se fue del antro con la que (que no sabía) era la novia de Ricardo, noticia que sería bomba allá por el siguiente Martes y que desencadenaría en el rompimiento de Ricardo y Alejandra,de la amistad de Ricardo y Mayito y de que «Una Mayiteada» fuera conocida por la acción de bajarle la novia a tu cuate en la peda, aunque suene a otra cosa… para las otras está Juanito (el gay del salón) y esas se llaman mayoteadas. El caso, esto de Mayito sería considerada la desfortuna número 3.

El retraso de todo cayó del cielo, excepto para Ronquillo y el Vale, que al llegar tarde a la facultad tuvieron que cargar con la última estación, la Sokkia… esa de casi 2 kilos más que las Topcon que había en la escuela; con el último tripié funcional, el más jodido que tenía la tuerca de ajuste que se salía (y por lo cuál había que poner especial atención al trasladar para no ir la a perder) y con una de las balizas con prisma más chafas que quedaban.


Mayito: Wey… ¡No mames! ¿Cómo estas?
Encinas: Vivo, raspado, no tiren piedras que me van a terminar de chingar.
Ronquillo: ¿No te quebraste nada? ¿Tiene agua esta madre? ¿No puedes agarrarte del tubo de succión?
El vale: ¿Que traes en el carro con que te saquemos?
Encinas: No creo, si (a huevo), no sé y no recuerdo… en ese orden a todo lo anterior.
El Culi: Ronquillo y yo vamos a pedir ayuda.

El Vale: Que a toda madre que compraron quesicarnes

Ronquillo: que pinche nombre tan mamón y falto de imaginación el de quesicarnes, gracias a mi general Villa se le llama «montados», cómo si fuera poco que en la división del norte se les ocurrió incluir queso asadero de Villa Ahumada a la tradicional carne asada Chihuahuense, mezcla servida «montada» en una tortilla de harina la Sierra Tarahumara, todo un combo deslavado, diluido e insultado por la puta y simple contracción de quesadilla con carne que nomás se le ocurre a los huevones de Jimenez pa’l sur, o a los gringos y sus simplezas al contraer todo.

El Vale: No seas mamón, montados tiene menos sentido ¿En qué vienen montados? ¿A ver? Si tuviera su monturita y sus pistolitas ahí si ya te la creo.

Ronquillo: Que pinche inculto eres… jajajaja, pero si estaría chingona.

El Culi: En Parral le dicen dobladas

El Vale: Tu te la comes doblada en todos lados y no decimos nada. JAJAJAJA…

El círculo estaba casi completo ya, comidos, despiertos y albureados… el equipo, cómo el guantelete de Thanos, esperaba la última gema, sólo faltaba el Güero y su camioneta. «Puta… se nos trozó la correa de la caja de la estación» – decía El Vale por detrás de la última mordida de montado de quesicarne que aún estaba en su boca; la señal divina número 4 abarcaba desde terminar con la pinche estación Leica hasta madrear la correa.

Las 4 del güero, las horas malpensados, nunca llegaron, o mejor dicho se hicieron las 5 y luego la cancelación,a este cabrón lo borraremos de la portada del trabajo porque podremos llegar tarde pero nunca no llegar(creo que lo dice lo equivalente al juramento hipocrático que tenemos en la facultad). Así que el auto encargado de acercarnos a la tarea, de fungir cómo el halcón milenario de la cuadrilla, no fue otro más que el Charles Bronson, propiedad del papá de Encinas (un Datsun 76 con la carrocería requemada por el sol como el cuero curtido del mentón de los machos chidos y patilludos de los 70, el carro fue nombrado en remembranza del cabrón que con un revolver podía liberar a todo el barrio de los cholos del Bronx, de aquel que algunos consideramos como el papá de Chuck Norris) carro que hasta ese momento no se había rajado. Luego de que El Culi, Isaac, Encinas, El Vale, Mayito, estación total descorretizada, baliza, tripié, libreta,cuaderno, un seis de cerveza, dos mochilas, clavos, bote de pintura, estacas y más.. se hicieran todos uno mismo, empaquetados en el Charles Bronson, autosardineados, cómo paquete de chocorroles con promoción de +1, de paquete de pilas AA con pilón… ; el caso, luego de que todos se subieron al carro… ahora sí, a buscar el dichoso arroyo, a romper la ola de desfortunios infortunados.

— Las manos mojadas recorren unos milímetros antes de detenerse del todo en el tubo, por lo que los primeros metros al salir del agua son los más difíciles para usar la fricción a favor; luego de eso, los otros metros lo son por lo adormecido de las manos. Más si estas en el 3er intento de salir, por favor no vuelvas a caerte. —

Luego de los primeros 3 kilómetros el único lugar apto era a un costado de la barda del nuevo campus de la URN… obviamente el otro equipo lo hicieron ahí y no queremos copiar nada. Dale más para adelante… así que metros adelante zaz… una piedra golpeo al Charles Bronson. Otros 3 Km, «we… creo que venimos ponchados » – «Es porque venimos un chingo en el carrito» – Dialogaban Encinas y El Vale. Casi 2 Km.después de los últimos 3… si era que venía ponchado el Charles Bronson (en alguna escena le daban unbalazo en un costado… antes de matar a 15 cholos que ascendían por las escaleras de emergencia del edificio, con un revolver de 6 balas… sin recargar ninguna vez, increíble, pues acá fue casi igual, o lo equivalente).

Mayito: «Pues yo creo que va a tener que ser en este tramo»

El Vale: «Que pendejos estamos, ¿Y si maquillamos la sección?»

Ronquillo: «Safo, es una hueva inventarse los puntos de todo un levantamiento… aquí mero, si cumple conSan Manning». – Llamarle San Manning fue una moda pasajera, afortunadamente, propia de los años 2000.San Pitágoras, San Transformada de Laplace… la costumbre se calmó cuando fue adoptada por los maistros ylos chavorrucos en los 2010. –

Encinas: «Ustedes vayan haciendo eso, El Culi y yo vamos cambiando la llanta…» – no terminaba de decir llanta para cuando se dio cuenta que no traía herramienta. Así que a caminar para pedir una llave cruz.

Curiosamente, el levantamiento topográfico salió a toda madre… curiosamente porque luego de la serie de eventos desafortunados – que no es la de Lemony Snicket – uno pensaría que el archivo no estaba guardándolos puntos, que la estación no traería pila, que algo pasaría. Al parecer, el universo no es tan culero en este cuento. El sol justo empezaba a dar señales de enfilarse sobre el horizonte. Encinas y El Culi no volvían aún.Pues a esperar.

— Las manos se sentían frías, por el esfuerzo, por la adrenalina, por la mojada… no manchen, se requiere descansar, pero si dejo de empujar voy a caer una vez más y ahora ya estoy más alto. «No me morí del chingazo, pero me voy a morir por huevón» – dialogaba internamente Encinas. —

Encinas: «¿Sabes…? el dado de pulgada con un trapo puede calzar en los birlos. ¿Le intentamos?¿Le seguimos caminando?»

El Culi: Vamos a regresar mejor, mira ya no tarda en hacerse noche.

Al volver, el cielo naranja cubría sus cabezas, existen tardes que pareciera haber iluminación artificial cómo si de paneles LED se tratase. El Vale había intentado quitar la llanta, pero sólo 1 birlo quiso girar, esto antes de conocer el super truco del trapo en el dado… al momento en el que se finalizó la totalidad de la tarea; la mayoría asoleados, post-crudos (no sé si exista el término pero de seguro reconoce el sentimiento), cansados y sucios; decidieron lavarse las manos en la pila de agua que se veía a unos 300 metros. Y esto sólo porque toda la tarde en ese lugar fue suficiente para aprenderse su ubicación. El Culi y el Vale acapararon el lado frontal de esta, luego Mayito cubrió el franco, Encinas al rodear la dejó de verse del horizonte… había escogido el lado la toma (por donde estaba la famosa bomba y el pozo). – No mames… por un instante creímos que estaba mamando este wey, pero al acercarse nos dimos cuenta que el pozo en el lado este, en la sombra semimetizaba con el tubo, todo esto y Encinas había sido tragado por la tierra. «Wey se cayó Encinas» – Comentó Mayito al aire y por un instante creímos que esto era puro pedo – «yo te esperaba ver con la cara llena de tierra y unos raspones en las rodillas» – Confesó Isaac en alguna ocasión.

— «Échale putazos, cabrón» – Acertaba El Vale en animarle – «No te rajes, ya te empiezo a ver». —

Al momento de la caída, de desapendejarse y darse cuenta que este wey no estaba jugando, el primer instinto hace pensar en una soga. Tal vez buscar en la casa que se veía en la colina y cuyas luces habían aclarado la existencia humana en ella. Era eso o el viejo sistema de dejar las luces prendidas para ahuyentar al chupacabras. Esta fue la primera opción para El Culi, así que a brincar el cerco y desear que no hubiera perro. Isaac por lo propio pensaba en usar el carro (cuyas llaves traía Encinas en la bolsa del pantalón, en el fondo del pozo) para buscar ayuda.

— «No mames… ya no puedo, me arden los brazos, las piernas» – «No sea rajado puto, ándale».

-Si, en casos de emergencia el ingeniero promedio insulta esperando que esto alinee los chacras del ánimo —

«Señor, buenas tardes… ¿Tendrá una cuerda para sacar a mi amigo del pozo?» – Fue la frase que recibió el velador de la casita del rancho, estas dichas por El Culi sin aire y agitado. – «¿Se cayó alguien en la noria?» <<«Ohhhhhh… NORIA, y yo de pendejo diciéndole pozo>> – Pensó sin externar nada El Culi. – «Pero ¿Que no vio el tubo de la bomba? ¿Qué andan haciendo en esa pila cercada?» – Todas estas preguntas cayeron en la cara del Culi que sostenía la expresión más culpablemente regañable. – «Después nos regaña señor ¿Que tan profunda es la noria?»

— » … un último esfuerzo» – El Vale se tiró de panza en la tierra, luego Mayito entendió la mecánica e hizo lo mismo. h menos un metro y medio; El Vale que tiene los brazos más largos que Mayito alcanzó a tocar el pelo enlodecido en aquel que es parido por la madre tierra. «.Luego lo más importante, ya lo pudo sostener por la playera, en ese momento Encinas supo que tenía que ayudarle por lo que con las piernas hizo por alzarse, al soltar el tubo… ahora si, los brazos de Mayito ayudaron y El Vale Terminó por sostener a este cabrón por las axilas. —

— En eso Isaac corrió a ayudar, seguido por el Culi y un señor de unos 40 y tantos años sosteniendo una lámpara y una soga. Encinas se arrastró para terminar de sacar los pies de la boca del pozo. «No mames, no mames, no mames, no mames, no mames» – Se quiso levantar apoyado en El Culi e Isaac… y en el primer paso sólo pudo descubrir dos cosas, la ausencia de su zapato izquierdo y la fractura de tibia y peroné de también su pierna izquierda. – «Señor, le encargo el zapato si sale del pozo.»

La adrenalina es cabrona… pero la hueva y falta de lagartijas no son rival débil. El siguiente obstáculo fue tener que hacer válidos los justificantes médicos para – increíblemente – no reprobar por faltas aquella materia de 7mo semestre, con la Ing. Guadalupe Estrada y su práctica de la utilización de Manning para el aforo de canales abiertos. Y es que si perteneces al grupo en el que nada es demasiado serio para no bromear, cuándo te preguntan por tu compañero y respondes «se cayó en un pozo» difícilmente serás tomado en serio.Basado en una, y algunas más, historias reales… increíblemente el nombre de Encinas, Guadalupe Estrada, El Culi (Ulises Carrillo Daher), Isaac Ronquillo, El Vale (Valentín Salazar), Mario «Mayito» Madrid y Charles Bronson no han sido cambiados en lo más mínimo. Los participantes y las circunstancias pueden no ser 100%fieles a la historia real pero definitivamente nada de lo aquí expuesto está basado en la ficción.

Edgar «El Shegar» Ríos

Créditos Imagen de Cabecera: Oscar Jímenez – Pinterest

Cruz de navajas por una gallina – Cuento

Desde el teclado de Solo Agua, cuando hay gallo nuevo en el corral.

 selective focus photography of rooster s headAmanecía. Nadie lo podría adivinar en la nublada mañana a no ser por el canto de Gregorio. De pie y estirado sobre una viga del cerco de alambre de púas, lanzaba su característico “kikirikí” mientras amanecía. Era el despertador natural del granero. Con su cuello alzado y el pecho inflado, como todos los machos cantaba la llegada del nuevo día. Marciala lo sabía, Goyo no pretendía despertar a ningún humano, su finalidad era atraer a su hembra y sonar lo suficientemente amenazador para espantar a otros machos. El fino español, con su capa dorada y brillante, solamente necesitaba pasear contoneándose por enfrente del gallinero para despertar el interés de las gallinitas, sin embargo, cada madrugada se le henchía el arrojo en el pecho. Su pequeño cuerpo se inundaba de ardoroso brío, la potencia de su canto era indicativo de su “calidad”. Para Marciala, eso era sinónimo de “Ven, aparéate conmigo”, cosa que a ella le encantaba escuchar no solo al amanecer, Goyo cantaba esporádicamente varias veces al día.
Al parecer para Lola, la esposa del granjero, el canto de Goyo era el aviso de que debía aventar puñados de maíz al centro del gallinero. En ese punto se reunían unos volando, otros corriendo, pero todo el averío se precipitaba al punto de reunión pensando que el preciado oro se acabaría. ¡Oh sorpresa! Gregorio no era el único macho en el área. De pronto Goyo se puso más alerta que nunca, colmado y cantando a todo pulmón pudiendo ser escuchado en gallineros vecinos incluso, diciendo: “¡Mira qué fuerte estoy, si te acercas tendrás que pelear conmigo!”. Había un gallo nuevo en el corral. Pánfilo. Era un gallo inglés, de hermoso y reluciente plumaje negro cubierto graciosamente con una capa café rojizo. Más delgado y más joven que Goyo, causó revuelo entre las pollitas, nuestro cantaor no lo pudo soportar. Ambas aves se embrollaron en tremenda trifulca que causó tal graznido que Lola tuvo que llamar a Pancho, su marido. Se llevó fácilmente Pancho a Gregorio, que ya no cantaba, graznaba enfurecido y picoteado, herido en su orgullo, Pánfilo había ganado la pelea… Se quedaba mirándolo alejarse de su campo visual, de una forma en que más triunfante no podía parecer.
Marciala despierta amodorrada, pero abre más los ojos y despliega su pescuezo. Pánfilo canta. En la cocina, hierve agua para pelar.
Solo Agua.

Bajando de la Sierra – Parte IV

Parte III

Parte IV (O IIII dirían los que hicieron el reloj de Temosachic)

150719 - DSC_8784.jpg— La maleta que estorbó en un inicio ha proveído de los doble calcetines, de un par de incipientes almohadas y de esa capa extra de tela que hicieron llevadera esa noche de febrero. La oscuridad era un sedante ante la consciencia de lo peligroso que es dormir al alcance de insectos y animales. Sin ver, la tierra no parece ensuciar, sin ver… es fácil acurrucarse luego de que deje esto de importar.–

… Las 2 trocas punteras bajaron al balneario y la tercera pasó de largo, hacia el puente. Don Jesús y la maestra tuvieron tiempo suficiente para buscar la rinconada más tupida de encinos y aprovechar ahí que los rayos de luz de una lámpara no entrarían tan fácil. Pudieron ver que de ambas camionetas bajaron luces de linterna y recorrieron el balneario. Continuar leyendo «Bajando de la Sierra – Parte IV»

Bajando de la Sierra – Parte III

Parte II

Parte III – El misterio de los barcos abandonados a la deriva.

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Imagen via: chihuahuanoroeste.com

El knock knock… y nadie atiende; parece el inicio de una «dad joke» por excelencia. Hay ocasiones en las cuales se muestra el misterio detrás de la risa que no fue.

En el balneario la troca del vigilante se encontraba estacionada por la parte inferior, se alcanzaba a ver la parte de la caja de la pickup. Por lo que decidieron ir directamente hacia las albercas, en el nivel intermedio dejando la mejor vista del balneario por la parte superior, a ver si se topaban con alguien. El balneario de Huápoca tiene cómo peculiaridad – si es que no lo conoce – que en su diseño fueron olvidadas escaleras transversales al sentido del parque, escaleras que lo seccionen, esto hace que para subir cualquiera de sus tres niveles usted tenga que caminar generalmente en el sentido longitudinal del parque ya que en sus orillas están las rampas y escaleras que interconectan niveles (exceptuando las nuevas junto a la segunda alberca). Tal descuido del diseñador hace los recorridos sean mas largos de lo que le gustaría a la comodidad, ya que para subir al siguiente nivel, al punto inmediatamente por encima (con el cuál se puede estar hablando sin siquiera alzar la voz en lo más mínimo) hay 30 o 40 metros de recorrido (dependiendo de dónde esté). Continuar leyendo «Bajando de la Sierra – Parte III»

Bajando de la Sierra – Parte II

Se fueron acercando, la música encendida distaba mucho de ser el narcocorrido de la sierra. Nadie ahí… ningún barranco ocultaba al comandante de la embarcación descubierta. No hay rastros de la gente… sólo una troca negra, con motor andando, puertas abiertas, estereo y luces encendidos.

Parte 1 – Click Aquí

Parte II – El por qué este no era igual que los otros viajes

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Imágen vía: turimexico.com

De pronto, y justo antes de estacionarse del lado oeste del puente (o sea, de «áquel lado» cómo diría cualquier maderense), se escuchó un tronido y el peso de la troca recayó de golpe, en un instante los cerros estaban más altos. Tal cuál niño que no metió las manos al caer, la troca besaba el suelo, de trompa y arrastrada por el último vuelo quedó a un lado del camino. Todo parece indicar que luego de tanto brinco algo en la dirección había dejado de funcionar.

Don Jesús: ¡Chingada madre! ¡Ah cómo me encabrona que me pase esto! Continuar leyendo «Bajando de la Sierra – Parte II»

Bajando de la Sierra – Parte I

Domingo Fotográfico 036Parte I – De lo cotidiano del viaje de cada mes.

La terracería hace rebotar la suspención delantera de una troca trocera de los años 70 en un ritmo totalmente ajeno al resto del mueble, de amortiguadores cansados dirán los que conocen de mecánica… haciendo parecer que la llanta es una pelota de basquetbol botada por el caso más severo de parkinson que pueda botar una pelota; la troca ajetreada y traqueteada por el jale, de salpicaderas oxidadas y colores ocres; y encapsulada en el tiempo y claramente desactualizada a cualquier otro contexto, pero no aquí, a la sierra no le importa. En ella, trozos (troncos) de madera ocupan toda la caja a lo largo y encima unas maletas empolvadas atadas junto a una motosierra sucia y a unas rejas que anteriormente eran de manzanas, y que ahora cargan los frascos vacíos de los víveres de un campamento agotado. Dentro de la cabina, 2 señores (Don Jesus manejando y Manuel de copiloto) y la maestra del pueblo. El olor a hombre de sierra (si, sudor añejo y chivo asoleado, llevaban varios días campeando en lo que juntaban los viajes por hacer) impregna la escena. La maestra, aunque su condición de sudor y tierra no se comparaba con ellos, su rostro brilloso y cabellos pegados al contorno de su cara nos señalan que lleva ya varías horas de travesía.

Maestra: Gracías Don Jesus por apresurarse y podernos irnos hoy. Neta que no sabe el paro que me hizo. Continuar leyendo «Bajando de la Sierra – Parte I»