Los Planos de Mi Ciudad

La pendiente mínima que acuesta a la Tercera define claramente un «arriba» y un «abajo» en el sentido Norte- Sur desde su inicio a partir de la glorieta, esto al caminarlo sólo se siente después de algunas cuadras (obvio, después del puente del arroyo). Tampoco es para tanto cómo para decir «tengo que subir todo el cerro», digo, no es lo mismo que al subir de este a oeste por cualquier calle de la Juárez hacia «arriba» (o sea, de la Juárez hacia el norte). Y es que a partir de ese punto, querer ir a cualquier lado hacia el noroeste de la ciudad implica subir en algún sentido el cerro interno del pueblo (el de las antenas y de la calle de la Cruz).

No es lo mismo desde la internacional hasta la Independencia, que aunque sea obvio que se asciende, las piernas no lo sienten tan fuerte (a no ser que anden en bicicleta o sean muy fijados). Y es que aunque parecieran paralelas, las calles se unirían si no es que a la altura de la subida a la comandancia la Internacional endereza su paso hacia el poniente. Esa unión se dio con la Calle de Reyes González, que ha de tener nombre pero así he escuchado a mucha gente que le dice.

Y es que la ciudad tiene ese dibujo supuestamente recto, supuestamente porque es sólo en el primer cuadro de la ciudad en el que mas o menos fue respetado el sentido de las calles (si, esto provoca mucha erosión en las calles que bajan el cerro, pero este no es este tipo de textos explicativos). Esta supuesta rectitud fracasa al llegar a la calle 19 (que fue la primer calle pavimentada de norte a sur que no fuera la tercera, la quinta o la primera). A partir de la 19 hacia los ojitos, o sea al oeste, el dibujo simplemente valió madre. No faltó quién en la pendeja o gandallez, o ambas, se adueñara de un terreno claramente bloqueando el flujo recto de la calle. La primera que sufre esto es la Juárez, y curiosamente la que lo sufre menos antes del arroyo. Es a la altura de la calle 23 (en el arroyo) en la que si se decidieran a pavimentar quedaría una avenida con una «Z» en su dibujo. Y la terminación abrupta en plena Plaza Emiliano Zapata.

No es tampoco que el primer cuadro de la ciudad se salve de trabajos de topografía mal hechos, o de personalidades que se agandallaron calle. Todos conocemos el ejemplo de cómo un presidente puede arreglar su calle a la manera de Orestes Chávez y su cochera que rompe media calle. Este lugar conocido como «los escalones de Orestes».

Los jardines del Santuario hicieron lo propio con la calle Mina que reduce a un sólo carril, obviamente el ejemplo es seguido por los vecinos al oriente que aprovecharon para desviar la calle unos metros y tener mas terreno. Así es cómo la Mina en este tramo tiene una cintura media femenina y sufre el mismo tratamiento en la 23 que la Juárez, aunque ella si logra salvar por completo la Plaza siendo la única candidata (antes de que alguien la bloquee) para servir de par vial para la independencia.

La calle 2da sufre también de situaciones raras, ella en una primer instancia topa en el seminario, lo que actualmente es la UTB, pero continua en una cuadra trapezoidal cuya nueva reaparición de esa segunda no se hace de manera paralela a la primera y que se nota en las diferencias entre la cuadra de la calle Guerrero y la de la Abraham González cuya diferencia de longitud entre calle 1era y 2da es grande.

Y es que Madera es del tamaño justo cómo para que las promesas de campaña sea arreglar su terreno sin escrituras, aunque este esté en media calle, se chingue la banqueta o de plano no esté ni alineado, y que una negativa sea vista como «mala onda» del funcionario que tendría que hacer su trabajo. Estos casos se acrecentaron – curiosamente – al mejorarse la tecnología de medición de terrenos. Las zonas más nuevas de la ciudad, son las más culeras en alineación. Colonias abiertas recientemente como en el aterrizaje antiguo, la nueva de los ojitos (atrás de la huerta de Cheles Márquez, allá abajo del camino de la cruz verde), o lo que está pasando actualmente con la alineación de las construcciones en la laguna; son las colonias que no tienen ni siquiera alineación congruente para prestar mejores servicios.

El caso de la calle 39 es un ejemplo de cómo una calle logra ser la única candidata a la pavimentada por ser la única «recta», que ni recta es. Entre la calle 19 y la 39 no existe una calle que no tope en un terreno entre la Abraham González y la Independencia. Se pudieran enumerar:

la C. 21 – «topa» en el terreno baldío de enfrente de la clínica del ISSSTE, y si no se apuran a hacerlo calle lo verán fincando próximamente.

la C. 23 – «Inicia» oficialmente en pleno arroyo, en el puente de la Independencia, así que eso la descartaría de conectarla a la independencia ya que quedaría un puente trapezoidal de tres puntas o en T, aunque conozco expresidentes que a las peladas lo harían (acuérdese de las rampas para discapacitados que se avientan).

la C. 25 – «Muere» en las cuadras grandes de la colonia Mártires del 65, en la calle que se llamaría Ahumada si no es que ahí tuvieran otros nombres.

la C. 27 y 29 – Sufren el mismo destino en la Ahumada y José Ma. Mari respectivamente. Aquí la José Ma. Mari tiene «comido» y representa una curva por 4 o 5 casas que desviaron la calle.

la C. 31 – Casi lo logra, de no ser por una sola casa que la obliga a tener una «Z» al llegar al final de la 5 de Mayo, y las 2 de las 3 cuadras faltantes para alcanzar la Abraham González que olvidaron dejar espacio para una calle

La C. 33 y 35 – Les pasa lo mismo que la 25 sólo que ellas mueren en la 5 de Mayo.

La C. 37 – Casi lo logra de no ser por una «Y» a la altura de la José Ma. Mari que mandó todo al carajo y que fue por alguien que decidió que su terreno tenía que ser ahí.

La. C. 39 – es la calle recta con 2 curvas… pequeñas pero si las tiene. Y aún así hay quienes se mantienen a madre…

Terreno tenemos un chingo, toda la Ciénega de San Peter Parker y todavía no hemos aprendido a fincar calles rectas o mínimo bien planeadas. La salida natural del centro de la ciudad, acompañando en escuadra a la actual, sería la calle Guerrero, abriría el paso a 3 escuelas en un sólo trazo (que actualmente sólo se desahogan por un sólo lado y comparten una calle), de no ser que la corta visión de cierto expresidente que pusiera el carril de carreras de caballos justo en dónde quedaría el trazo de tal calle. Administración que dejó ir la clínica a Gómez y dejó a la UTB cómo extensión de Soto Maynez.

Deberíamos ponerle una placa a cada obra con el nombre de los responsables de esta, a ver si así los baches darían algo de pena, algo que lleve tu nombre… por lo menos por ego, pues intentas que quede mas o menos ¿Qué no?

Autor: Shegarito Rivers

Escritor de pacotilla y a medio tiempo, aprendíz de viejito renegón del barrio, perfeccionista despreocupado en los detalles.

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